Comunidades Quilombolas y Guaraníes: experiencias desde el Proyecto Afronteira Antirracista y Diversa
En un viaje transformador que tuvo lugar los días 31 de agosto y 1 de setiembre, un grupo comprometido se aventuró a explorar la riqueza cultural y las realidades desafiantes de dos comunidades Quilombolas y una comunidad Guaraní en Aceguá, Brasil. Luisa Casalet, miembro de la Comisión Directiva y Cooperación de Mundo Afro, nos guía a través de esta experiencia reveladora.
¿Quiénes formaron parte de esta enriquecedora agenda?
La colaboración de diversas entidades bajo el proyecto Afronteira, con un firme compromiso en la lucha contra el racismo y la promoción de la diversidad, hizo posible este viaje. La iniciativa surgió después de la formación del Observatorio de Racismo y Discriminación entre el Mundo Afro y la Extensión Universitaria. Aquí, los primeros pasos se dieron en colaboración con el Observatorio de Derechos Humanos de Santa María, así como con docentes e investigadores de esa universidad. La visión era crear un espacio de cooperación entre universidades del sur de Brasil, organizaciones sociales y el Observatorio para abordar las comunidades Quilombolas, la afrodescendencia e indígenas en la franja fronteriza Uruguay-Brasil. Además, se buscaba promover la difusión de políticas públicas, compartir experiencias comunitarias y fomentar la educación binacional.
¿Quiénes integran esta iniciativa?
Desde el punto de vista de las universidades, esta articulación involucra a la Universidad de Santa María, la UNIPAMPA de Santa Ana de Livramento y la Universidad Estadual de Río Grande do Sul, el Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio de la Universidad de la República y el Núcleo de Estudios Rurales de la sede Tacuarembó de la Udelar. Desde la sociedad civil, se unen organizaciones como Ohare Yaguarí, Mundo Afro en el departamento de Tacuarembó y Organizaciones Mundo Afro. También forman parte las Oficinas Regionales de Política de Análisis de Equidad Racial (ORAPER) y representantes de la alcaldía de Villa Ansina que se suman a estas actividades como parte de la Coalición de Ciudades contra el Racismo.
¿Cómo fue la visita a las comunidades Quilombolas?
La actividad realizada el 31 de agosto se centró en la visita a dos comunidades Quilombolas reconocidas y certificadas por la Asociación Cultural Palmares: Vila La Lata y Tamanduá. Vila La Lata, ubicada a unos 30 kilómetros de Aceguá, alberga a un pequeño número de familias que han enfrentado fuertes procesos de migración en busca de empleo. La comunidad ha sido testigo de la esclavitud ancestral y la vida de sus antepasados, así como de la migración constante de sus miembros en busca de sustento. La precariedad es palpable en esta comunidad, con viviendas modestas y escasos recursos. Sin embargo, han recibido apoyo en forma de educación y atención médica.
En contraste, la Casa de Pérez en Aceguá, fundada en 1916 por migrantes gallegos, representa un legado comercial en la región. Aquí, los comerciantes locales ofrecían alojamiento, comida y servicios a los que transitaban la zona, creando un sistema único de comercio. La casa alberga registros históricos y máquinas de la época, con la esperanza de convertirse en un centro de preservación de la historia comercial de la región.
¿Y qué tal el encuentro con la Comunidad Guaraní?
Finalmente, la visita a la Comunidad Guaraní reveló una comunidad pequeña con una población joven. A pesar de su aislamiento y falta de recursos, los Guaraníes han encontrado formas de subsistir a través de la artesanía y la agricultura. Sin embargo, se enfrentan a desafíos como la falta de identificación y reconocimiento indígena en Uruguay, así como la falta de redes de colaboración con otras comunidades.
Estas tres comunidades compartieron un fuerte sentido de aislamiento y lucha por la supervivencia. La experiencia dejó una profunda impresión en los miembros del Proyecto Afronteira Antirracista y Diversa, que se comprometieron a continuar trabajando en la promoción de la historia y la cooperación entre estas comunidades y otras organizaciones. La tarea es desafiante, pero es esencial para garantizar un futuro más igualitario y diverso en esta región de frontera.





