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Foto tomada de Wanders

Mundo Afro lamenta la muerte de Mathías Acuña

El fallecimiento del futbolista uruguayo Mathías Acuña, a sus 32 años, ha dejado en shock al mundo del deporte. Su cuerpo fue hallado en una habitación de hotel en Ambato, Ecuador, donde se alojaba con su equipo, el Mushuc Runa Sporting Club. Las primeras investigaciones sugieren que Acuña habría tomado la trágica decisión de quitarse la vida. Este suceso, más allá de la tristeza que provoca, reaviva el debate sobre un tema a menudo relegado en el deporte profesional: la salud mental.

El entorno del deporte de alto rendimiento está plagado de presión, exigencias y expectativas. Si bien los logros y reconocimientos son parte del atractivo, pocas veces se visibiliza el costo emocional que esto implica para los jugadores. En el caso de Acuña, su vida personal estaba marcada por desafíos. A pesar de sus éxitos en el campo, su corazón estaba lejos de sus hijos, radicados en Uruguay. En una entrevista en octubre de 2024, el futbolista compartió abiertamente su dolor por la distancia que lo separaba de ellos. “Se sufre mucho. El fin de semana los hinchas te exigen y está bien, pero el jugador tal vez esté pasando por algo que no se sabe y repercute. Lo mental está salado”, dijo con una sinceridad que hoy resuena con fuerza.

La muerte de Acuña no es un caso aislado. En los últimos años, se han conocido historias de otros deportistas que enfrentan crisis emocionales en silencio. La salud mental en el deporte sigue siendo un tabú, a pesar de que las cifras muestran una preocupante realidad. La presión del rendimiento, la exposición mediática, las lesiones y la falta de privacidad son algunos de los factores que afectan el bienestar emocional de los jugadores.

Rompiendo el estigma

Para abordar esta problemática, es necesario un cambio de paradigma. Los clubes, federaciones y asociaciones deportivas deben incorporar equipos de apoyo psicológico que acompañen a los deportistas de manera integral. Así como se cuida el estado físico de los jugadores, es fundamental que la salud mental reciba el mismo nivel de atención.

Además, el testimonio de jugadores como Acuña debe servir como punto de partida para abrir espacios de diálogo dentro y fuera del campo de juego. Las instituciones deportivas tienen la responsabilidad de fomentar una cultura donde se hable de salud mental sin miedo ni prejuicios.

La partida de Mathías Acuña deja un vacío en el fútbol, pero también una enseñanza que no podemos ignorar. El deporte debe ser un lugar donde la fortaleza mental se valore tanto como el talento físico. La prevención, la escucha y el acompañamiento pueden salvar vidas.

Desde Mundo Afro, nos sumamos a las voces que piden mayor atención a la salud mental en el ámbito deportivo y extendemos nuestras condolencias a la familia, amigos y seres queridos de Mathías Acuña. Que su historia sea un llamado a la acción para construir un deporte más humano y empático.

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