Políticas públicas en Uruguay y el camino a la equidad racial
En el contexto del Seminario "Construcción de paradigmas antirracistas y democráticos en un mundo multipolar", Miguel Pereira, ex director del departamento de Afrodescendencia del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) y destacado activista de Mundo Afro, proporcionó un enfoque crítico sobre la formulación de políticas públicas de acción afirmativa en el escenario uruguayo.
Su intervención, enriquecida por su experiencia, delineó aspectos esenciales para abordar el arraigado racismo estructural y fomentar la equidad racial en las políticas gubernamentales.
Pereira comenzó destacando la necesidad urgente de reconocer la multiculturalidad y diversidad cultural en Uruguay. Este reconocimiento, argumentó, va más allá de una mera inclusión superficial; implica la inserción efectiva de la variable étnico-racial en todos los registros del Estado. Desde los recursos humanos hasta los beneficiarios de políticas públicas, la representación precisa de la diversidad es fundamental para comprender y abordar las desigualdades arraigadas.
La colaboración activa con las partes interesadas, según Pereira, es un componente clave en el diseño de políticas de equidad racial. Definir objetivos y metas junto con la comunidad afectada asegura que las políticas respondan a las verdaderas necesidades y desafíos. Pereira argumentó que este proceso no solo implica una participación superficial, sino una toma de decisiones compartida que permea todo el desarrollo de las políticas.
En el contexto uruguayo, Pereira resaltó la necesidad de desafiar el imaginario construido históricamente sobre la homogeneidad cultural del país. Diagnosticar las capacidades institucionales, específicamente las competencias interculturales, se convierte así en un paso crucial para incorporar un enfoque de multiculturalidad e interculturalidad que refleje la realidad diversa de la población.
La generación y distribución de datos desagregados por ascendencia étnico-racial, según Pereira, va más allá de la recopilación de estadísticas. Este paso, argumentó, es esencial para informar decisiones y políticas a todos los niveles, desde decisiones nacionales hasta intervenciones locales más específicas. Los datos desagregados proporcionan la base necesaria para comprender las disparidades y diseñar estrategias efectivas.
Pereira no dejó de lado la importancia de la sensibilización a nivel nacional sobre las implicancias del racismo estructural y la discriminación racial. Argumentó que las campañas de sensibilización no son solo un medio educativo, sino una herramienta para desmontar las estructuras arraigadas del racismo y fomentar un cambio cultural profundo.
Finalmente, Pereira enfatizó la necesidad de establecer mecanismos de monitoreo y evaluación con la participación activa de las personas afrodescendientes. Este enfoque, argumentó, no solo evalúa la efectividad de las políticas, sino que también asegura que las voces de la comunidad afectada estén integradas en el proceso de toma de decisiones continuo.