Llamadas 2024: Breve crónica de un ensayo
Llegaron un poco antes de las 18 horas, la preparación se tomó unos minutos. Presencié extasiada el proceso y en un abrir y cerrar de ojos una multitud se desplegaba por varias cuadras de la calle 25 de Mayo al compás de ese sonido estremecedor que hace al candombe.
Y cada repique sobre los cueros parecía evocar la presencia de espíritus ancestrales. Así de poderosos y místicos son los tambores, dadores de alegría y libertad. La libertad de ser, de pertenecer y de trascender en el tiempo. Sentí orgullo de estar allí, de ver y vibrar al ritmo de esa energía cósmica.
Mundo Afro se prepara hace semanas para regalar en las Llamadas 2024 un digno homenaje a la ciudad de Montevideo por los trescientos años de su fundación, pero también es un reconocimiento a su comunidad, a la diversidad y a la más amplia integración social. La presentación recoge momentos que marcaron la memoria colectiva y que reafirman la convicción de seguir luchando por una sociedad más justa y equitativa.
El sol descendió ante nuestros ojos, no recuerdo que transcurrieran las horas tan deprisa, pero cuando miré mi reloj ya pasaba de las 20.30. Junto a Luisa, durante el retorno a nuestra sede, me animé a bailar, también cerca estaba Claudia que me alentaba y una bailarina alegre más adelante me enseñaba a mover los pies, desafío importante para alguien como yo que tan solo era feliz con ver.
Y al ritmo del tambor recordé al poeta Nicolás Guillén y un verso retumbaba en mi cabeza... "Esta es la canción del bongó: -Aquí el que más fino sea, responde, si llamo yo. Unos dicen: Ahora mismo, otros dicen: Allá voy. Pero mi repique bronco, pero mi profunda voz, convoca al negro y al blanco, que bailan el mismo son, cueripardos y almiprietos más de sangre que de sol, pues quien por fuera no es de noche, por dentro ya oscureció. Aquí el que más fino sea, responde, si llamo yo".
Espero con ansias el próximo viernes 9 y el sábado 10 para volver a ver a cada uno de los hombres y mujeres que vi el sábado. Con la misma pasión pero vestidos para la ocasión, mama viejas, granilleros, escoberos, llevarán el sentir de este ensayo por Isla de Flores, para que usted también pueda experimentar esa sensación liberadora que se renueva cada año y que transforma la tradición, en la más fiel expresión de cultura.